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Navidad con padres separados

  • Tania Díaz Michel E.
  • 2 dic 2015
  • 7 Min. de lectura


Colaboración para la Revista "Bienvenido a la vida" de la Asociación Méxicana de Pediatria No. 41 Año 8

Ilustración de Pascal Campion

La navidad, así como otras fiestas decembrinas, están entendidas social y culturalmente como una época de compartir. Debido a esto, es común que en estas fechas los seres queridos y los viejos amigos sean frecuentados para compartir momentos más íntimos como familia. Si bien es cierto que los adultos lo vemos como una época de reuniones sociales, intercambios de regalos y hasta de tomar unas merecidas vacaciones, para los niños es una época de magia en la que los deseos se pueden hacer realidad y en la que seres ajenos a la vida cotidiana los premian por las buenas acciones realizadas durante todo el año. Si recordamos la navidad cuando éramos niños, probablemente encontraremos algunos de las memorias más importantes de nuestra niñez: la ilusión de levantarnos y correr a ver qué regalos había bajo el árbol, la ansiedad que nos daba que el regalo estuviera envuelto con varias capas de papel y cinta adhesiva, lo cual sólo retrasaba el momento en que se nos revelaba el esperado regalo; el olor de la comida, las recetas familiares de pavo, lomo, o romeritos, que eran guardadas con el mayor recelo por nuestras abuelitas pero que pasan de generación en generación (nos gustaran o no) y se vuelven legado. Los recuerdos que guardamos de estas fechas importantes son algo que tiene una fuerte carga emocional y evoca sentimientos relativos a la familia. Actualmente las costumbres y tradiciones acerca de familia han ido cambiando, poco a poco ambos padres, y ya no sólo la madre, se han ido involucrando mas el cuidado y la crianza de los niños, buscando así una responsabilidad compartida de los hijos. De igual forma, encontramos diferentes formas de familias: la familia tradicional con ambos padres y los hijos, la familia monoparental en la cual sólo está presente uno de los padres, la familia donde ambos padres están separados y cada uno se encarga del cuidado de los hijos de manera alternada, y la familia reconstruida, en la cual una pareja que tiene hijos de matrimonios previos comienzan una nueva familia y tienen hijos juntos. Estas nuevas configuraciones familiares contrastan con la idea tradicional que se tiene de la familia. En navidad, y en fechas importantes se busca que los hijos de estas familias se adapten a estos cambios. El proceso de adaptación a los cambios es un recorrido especialmente difícil para los niños pues, aunque perciben que las cosas son diferentes a su alrededor, no comprenden del todo lo que sucede. Muchas veces esto es debido a que los padres aun están asimilando estos cambios y no siempre les es sencillo explicar a los niños lo que sucede a su alrededor. En el caso específico de las separaciones, los niños suelen preguntarse el porqué mamá y papá ya no están juntos, y sospechan que sea por su culpa el que sus padres estén separados o se encuentren enojados o tristes. Por ello es importante que los padres expliquen la situación familiar a los niños, esforzándose en dejar en claro que mamá y papá no están juntos porque así lo decidieron, y que los hijos no tienen la culpa de ello. A pesar de las explicaciones, el divorcio o separación de los padres lleva a los hijos a confrontarse con la separación física de uno de ellos, lo cual despierta sentimientos de angustia, desesperación y enojo. Por ello, los niños con padres separados parecen buscar con mayor empeño cierta estabilidad emocional en su entorno. Durante las fiestas decembrinas, es probable que estén mucho más sensibles y muestren sus sentimientos de manera diferente: con enojo o tristeza ya que se sienten diferentes a sus amigos, quienes pasan las fiestas con ambos padres, y al comparase con ellos pueden resentir el no tener a su familia junta. Incluso, pueden llegar a pedir como regalo de navidad que papá o mamá vuelvan a estar juntos o que ya no peleen. Esto también puede despertar sentimientos de angustia y frustración en los padres, ya que con ello tienen que afrontar sus propios sentimientos de enojo, soledad o desolación. Siendo más frecuente en los primeros años de separación. Por otro lado, es posible que el niño se sienta inseguro al tener que dejar a uno de los padres para pasar la navidad, el año nuevo o las vacaciones con alguno de los padres dejando sólo llegando a sentirse culpable o ansioso porque lo deje de querer al sentir que lo abandona en una fecha especial. Por ello es importante que los padres lleguen a un acuerdo en cuanto a las fechas que va a pasar con cada uno de ellos tratando de hacerlo de manera tranquila y buscando el bienestar de los hijos. Es importante dejar a los niños fuera de las discusiones que se tienen como pareja ya que al involucrarlo en las discusiones de pareja puede sentirse angustiado por no saber a quien darle la razón y llegar a sentir que sí son los causantes de las peleas de los padres. Lo que se debe evitar: 1. Que los niños estén presentes en las discusiones. Muchas veces los padres, sin darse cuenta que los niños están presentes comienzan a discutir; esto puede causar angustia en el niño ya sea porque no entiende el contexto de la pelea o porque le asusta que suban el tono de voz, alguno de los dos llore o se enoje. En estos casos es importante que las discusiones sean en un lugar apartado a los niños, tratar de mantener la calma y si el niño pregunta qué sucede explicarle que a veces papá y mamá tienen diferentes opiniones y discuten pero que éstas no son por su culpa.

2. Competir por quién le da el mejor regalo. Es común que al estar separados, los niños piden regalos a papá y mamá; en ocasiones, esto puede dar pie a una especie de competencia en la que cada uno de los padres busca darle el mejor regalo, el más grande sólo por competir con la ex pareja; esto, fuera de ayudar a los niños, los confunde, no por darle un regalo mas caro o mas grande el niño va a quererlo más o dejará de querer al otro padre. Lo importante en estas fechas es acordar quién le dará qué regalo y tratar de que sean parecidos en cuanto a calidad y cantidad se refiere.


3. Usar al niño como mensajero. En las separaciones, es muy común que los padres no se hablen entre sí mas que para lo mas elemental. Es importante no hacer al niño participe de las discusiones, por ejemplo, si papá no ha pagado la pensión, no debemos pedirle al niño que le diga que pague. Esto mas allá de ayudar a que se resuelva el problema puede ocasionar uno mayor, haciendo que el padre o la madre se enojen con los mensajes y el niño crea que es por algo que él hizo. Se recomienda que los problemas de los adultos traten de resolverlos por ellos mismos y si tiene que entrar un tercero evitar que sean los hijos de estos los involucrados.


4. Hablar mal de alguno de los padres o de su familia. Es una de las cosas que suceden con mayor frecuencia. Los niños suelen angustiarse y no saben que hacer o decir con esta información, por ello eviten hablar mal de cualquiera de los miembros de la familia en presencia de los niños. Lo que se sugiere: 1.Hablar y explicar a los niños lo que sucede. La comunicación es la base de las relaciones humanas, al decirles lo que ocurre, en un lenguaje adecuado a su edad, con tranquilidad y dejándoles en claro que son los problemas de mamá y papá, el niño puede entender y sentirse mas libre de expresar sus sentimientos y emociones, lo que facilita la relación entre los padres y el hijo y fortalece su autoestima.


2. Tratar de que el niño vea una relación cordial entre los padres. Es importante que la relación de los padres no sea violenta y que se muestre cordial frente a los niños ya que esto les dará seguridad en cuanto a dejar de pensar que fue su culpa y les mostrará que a pesar de estar enojados no hay porqué agredir al otro.

3. Explicar que aunque no esté presente, estará contento de verlo y de escuchar sus experiencias. Generalmente los hijos se quedan al cuidado de uno de los padres, es importante que si no están en casa, explicar a los niños que aunque no estén viviendo con ellos, los siguen queriendo y siguen estando allí para cuando los necesiten. Esto también debe ser reforzado con visitas o llamadas en las que puedan convivir y fortalecer la relación.

4. Apoyarse de la familia y tratar de frecuentarlos. cuando se da una separación puede ser difícil llevar una relación estrecha con miembros de la familia política o incluso de la propia familia. Es importante apoyarse en los tíos, primos, abuelos, quienes ayudarán a sentirnos cómodos y a acompañar tanto a los padres como los hijos en esta nueva etapa. El fortalecer relaciones con la familia ayudará tanto a padres como hijos, sobretodo en estas fechas que tienden a ser familiares. Las diferencias entre los padres, muchas de las veces, parecen difíciles de resolver; sin embargo, lo que resulta mejor y más efectivo para los niños es saber y entender la situación en la que están inmersos ya aunque se les oculten las cosas, tarde o temprano entenderán lo que pasa. La creencia suele ser que los pequeños no se dan cuenta de las cosas; sin embargo, aunque no las comprenden del todo si perciben lo que sucede en su ambiente. Los niños necesitan de sus padres para poder desarrollarse plenamente, el que estén separados no significa que dejen de estar presentes, las llamadas, el preocuparse por cómo están, pasar tiempo de calidad con ellos y el sentir que les importa es el mayor regalo que podemos darle a un niño. Durante estas fiestas, disfruten del tiempo en familia y dejen que los niños disfruten de la magia de la navidad en la que creen y que esto no cambie por su situación familiar.





 
 
 
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