Ilustraciones por Pascal Campion
La llegada de un bebé siempre despierta emociones y sentimientos como el agrado o la ternura. Al ver a un pequeño, nos enfrentamos con que su bienestar físico y emocional depende de los padres. A veces, nos preguntamos ¿pero qué querrá? no puedo descifrar el llanto, aunque con el paso del tiempo aprendemos que, éste es la única manera que tienen de expresarse; el recién nacido comienza a desarrollar un lenguaje que pareciera que sólo los padres, en ocasiones sólo mamá, pueden descifrar. El bebé está acostumbrado a un entorno confortable en el que el calor, el alimento y las necesidades fisiológicas están satisfechas sin necesidad de esperar a que alguien externo tenga que hacerlo por él. Al nacer, los pequeños se enfrentan a un medio ambiente que les es completamente ajeno, el frío que antes no sentía porque mamá lo protegía con su piel, ahora tiene que ser suplido por cobijas; el alimento que llegaba directo a su cuerpo ahora no sólo no llega cuando lo necesita sino que también le provoca una extraña sensación de dolor, que con el tiempo aprenderá a llamar hambre, igualmente se siente incómodo al sentirse mojado en el pañal, cosa que parece nueva para él pero que no le gusta sentir y todo esto es expresado con el mismo lenguaje: el llanto. El llanto varía dependiendo de la necesidad que tenga el bebé, en ocasiones el llanto es continuo y no cesa al cargarlo y arrullarlo, probablemente esté hambriento, o incómodo por el pañal sucio; en algunas otras ocasiones el llanto es entrecortado lo cual por lo general indicará una necesidad de cobijo o acercamiento. Cada bebé tendrá y expresará de manera diferente sus necesidades. Lo curioso de esto es que las madres aprenden a conocer y reconocer el llanto de sus críos como un lenguaje entrañable y así aunque no entiendan las palabras con las que mamá o papá le hablan, pueden percibir el afecto y confortarles como si entendieran el español. Cuando el bebé sale del cuerpo de la madre una serie de cambios están por ocurrir: mamá tiene que acostumbrarse nuevamente a cambios hormonales, de sueño, alimentación, tiempo, vida social y familiar, todos ellos en torno al bebé. Por otro lado, papá y los hermanos mayores, si los hay, también tendrán que acostumbrarse a los cambios que se dan en la familia. El pequeño, en un inicio buscará satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación, el calor y el estar limpio; sin embargo surge una nueva necesidad: el afecto, que ayudará al bebé a integrarse en un nuevo mundo para él; después de todo hasta antes de nacer, mamá era su mundo y necesita alguien que lo guíe a conocer el nuevo mundo y quién mejor que ella para guiarlo en esta nueva aventura.
A partir de que el bebé pasa de estar en el vientre a estar en nuestro regazo, las cosas comienzan a ser
diferentes, ahora podemos ver su carita, su pequeño cuerpecito que apenas y se mueve y comienza a darnos muestras de su temperamento: algunos son más tranquilos que otros, más independientes o más apegados, mas demandantes, etc. Cada quién ira formando su personalidad con el paso del tiempo; sin embargo, al identificar estas características innatas, mamá podrá guiarse mejor para encontrar los ritmos y lo que hace sentir más confortable a su bebé y a ella.
Para el bebé es de suma importancia sentir que mamá y papá pueden darle un sostén, es decir, la seguridad de que estará bien. El cargarlo sin dubitar y mantenerse firme le darán una sensación de contención que será parte importante durante el desarrollo. De igual forma, la forma de manipular al bebé, como podemos ver a muchos pediatras expertos, dan la seguridad al pequeño de que puede ser volteado, cargado, mecido y movido de un lugar confortable sin perturbarlo. El recién nacido cuenta con los cinco sentidos, sin embargo, algunos no están desarrollados a su máxima capacidad; por ejemplo, la visión, que es borrosa y tiene un corto alcance durante los primeros meses, poco a poco ésta irá evolucionando para ver el mundo de una forma parecida a la que lo hacemos nosotros. Los sentidos más desarrollados son el tacto y el oído por lo que la estimulación de estas áreas nos ayudará a poder hacerle sentir al bebé nuestro afecto y cariño y poco a poco irlo incorporando al mundo con los demás familiares y amigos. Algo que los bebés disfrutan mucho, es la música; a través de ésta, tanto los pequeños como los más grandes percibimos y sentimos en cuanto al ritmo de la melodía nos guía, la música más tranquila como la clásica generalmente nos relaja y estimula a nuestro cerebro para aprender, la salsa nos invitará a movernos y seguir el ritmo, el blues tal vez nos haga sentir un poco más melancólicos y así podemos definir los diferentes géneros musicales y el sentimiento que nos provoca. Será interesante compartir la música de la que disfruta mamá ya que probablemente desde el vientre compartían sensaciones placenteras asociadas a éstas melodías. Mamá es quien generalmente cuida, alimenta y alienta al bebé en su desarrollo por lo que es importante que en estos primeros meses ella y el bebé puedan pasar tiempo juntos y permitirse estar a solas; esto fomentará un vínculo con mayor fortaleza y el inicio del apego a la madre, el cual, en un futuro, le brindara auto confianza e independencia. Con ello no quiero decir que el padre sea excluido de estos procesos, al contrario, el bebé se sentirá más seguro y con mayor fortaleza si recibe el cariño de quienes lo rodean, aunque en un primer momento mamá será la elección preferida del bebé ya que usualmente es quien provee el alimento y anula las situaciones displacenteras. Algo que crea mucha ilusión tanto a los padres como a los familiares y amigos es crear un espacio destinado para el bebé: su cuarto. Es importante tomar en cuenta que en este lugar el bebé y la madre pasarán una gran cantidad de tiempo por lo que en muchos de estos cuartos se recomienda tener una mecedora para poder arrullar al bebé, un cambiador y una cuna en la que pueda dormir; sin embargo, para muchos padres resulta mas beneficioso el co-lecho ya que los primeros meses el pequeño demanda alimento continuamente y con ello vienen los cambios de pañal, arrullarlo, dormirlo y poder descansar un lapso de tiempo hasta que el bebé vuelva a demandar alguna necesidad. Durante el baño o los cambios de pañales se puede aprovechar para tener contacto piel a piel con el pequeño, esto le hará sentirse querido y confortado. el ambiente acuático será un recordatorio de cuando se encontraba en el vientre por lo que el baño es un momento de tremendo regocijo que le remite a sentimientos de alegría y placer, sobretodo si el agua está a la temperatura corporal de mamá. Al momento de ponerles crema o aceitito en la piel sentirán las caricias o el masaje que ayudará a reforzar el vínculo y conllevará a un sentimiento de aceptación, cariño y bienestar con la madre, conformando así las formas de relación que buscará en un futuro. Madre e hijo desarrollan un vínculo que representará un modelo a seguir en sus siguientes relaciones: mamá, papá, abuelos, nanas, etc. Es importante que este sea reforzado con palabras de aliento y de cariño cada que se tenga la oportunidad. Los bebés son muy sensibles a las caricias y a la melodía de la voz, aunque en un principio reconocerá la de la madre o la de las personas más cercanas a su entorno, poco a poco irá reconociendo el tono y el afecto con el que le es tratado. A veces, mamá tiene que salir a trabajar y el tiempo de convivencia es más reducido, es importante que quien cuide al pequeño lo trate con amor y seguridad y echemos mano de la tecnología ya que a veces el pequeño puede estar exaltado y con solo escuchar la voz o la canción que le canta mamá al arrullarlo se torna tranquilo y puede llegar a dormirse. Como tal, no necesitamos un espacio físico lleno de “cachivaches” que nos ayuden a fomentar el mejor desarrollo del bebé. Un pequeño lo que más necesita y aprecia son los cuidados y el amor que le profesan. Cada familia tendrá diferentes formas de expresarlo, lo importante es que podamos conectarnos con nuestros pequeños y crear vínculos que promuevan seguridad y cariño. Aprenderemos a conocer a esa pequeña personita que acaba de llegar a nuestro mundo y que ansia que lo acompañen para poder conocer el mundo. Recordemos que aunque son pequeños, duermen mucho y parecen tener una barrera ante el mundo para poder dormir sin ser perturbados por los ruidos, también tienen una enorme capacidad para aprender, percibir y sentir la cual irá aumentando en cuanto éste vaya creciendo, sus mejores maestros y acompañantes preferidos siempre serán papá y mamá.