Ilustración por Pascal Campion
Yo estaba sentada, disfrutando de un poco de jazz con una taza de mate en Puerto Madero, veía como unos pibes discutían y entraban a la cafetería en donde estaba… uno parecía molesto y apresurado, el otro un poco torpe, cargando libros que apenas dejaban asomar su cara, bueno, sólo dejaban ver sus ojos protegidos por unos grandes y gruesos lentes… -Vale, andá que tenemos... que se nos hace tarde -gritaba uno- -¡ya voy che! -Es que no entendés que los demás si son puntuales y se nos ha hecho tarde -y vos no ves que apenas y puedo cargar con estos libros -andá pues, hemos llegado. Los dos pibes se sentaron en una mesa cercana a la mía, ahí les esperaban un par de chicas con mas libros aún. Al parecer, estudiaban teóricos del psicoanálisis. Vaya, cómo si hiciese falta más psicoanálisis en Argentina… Cuando era joven estudié un poco psicoanálisis, nada formal, sólo me gustaba leerlo y comparar teorías.
Ahora que mis hijos han crecido y mi esposo ha muerto, disfruto de venir de vez en cuando a tomar mate y ver los pasajes del puerto… probablemente sea egoísta pero al ver mi vida en retrospectiva, pienso en aquel texto que leí de Erikson… recuerdo que creí que era muy ambicioso cumplir con las virtudes de cada etapa, “Las ocho edades del hombre” curioso, por qué ocho y no diez… no lo sé, lo mismo me pregunto si las habré pasado; si hubiese tenido toda esta experiencia de vida cuando era joven, tal vez las cosas habrían marchado diferente… bah, ahora mismo, si mirara ese libro me catalogaría dentro de la crisis de la integridad vs desesperanza... no tengo más que esperar; como decía el gran Borges “La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene" Mientras cavilaba sobre mi vida, comencé a escuchar a los pibes de la mesa de al lado… Hablaban de Margaret Mahler, ja, curioso que pensé cuando recién los vi: estos pibes parece que están simbiotizados, así me vino, sin más; uno parece el líder y el otro, más pequeño e indefenso, al menos en apariencia, hace todo para no sentir que está solo… ¿será una simple impresión o en realidad necesitan el uno del otro para sentirse completos? La chica de la derecha les decía: -Vale que es importante la teoría de Mahler ¡no entendés que si no hay separación no se puede llegar a ser independiente! -Dale Agustina que no es para tanto -contestó la otra- -vos parecés un chico… -¡Felipa tu estás loca! -No, mirad, Greenacre dice que los chicos cuando desarrollan el superego son mas pesados, con más vitalidad y fuerza, que defienden lo suyo a toda costa y son mas nerviosos. -Andate, ahora vos me dices que soy un chico, como si vos fueses una "lady" -Pues no una "lady", pero creo que soy más empática que tú y puedo separarme. -Dale Felipa, te lo creo porque vivís cuestionando lo que hace y no hace tu mamá, además de que sos muy discretita con aquello de los asuntos sexuales, que también lo dice tu teoría de Greenacre. Pero no es que sea un chico, sólo defiendo mi punto de vista.
Agarró un puñado de hojas y exclamó: Esta autora también dice que las personalidades psicopáticas son más de hombres, ¡Bah!, leyendo esto parece que todos los hombres tienen algo de sociopatas, mirad: impulsivos, con relaciones superficiales, mienten, no les preocupan las consecuencias, son seductores, con verbo, che, ¡no hay mas!. Para mis adentros, yo reía; los pibes, los varoncitos, sólo observaban la discusión y parecían no estar de acuerdo pero sólo se miraban entre ellos y miraban a las chicas discutiendo. Ja, yo pensaría que estos pibes no han llegado ni a lo que Blos denomina adolescencia propiamente dicha, me parece que eran varias etapas: latencia, preadolescencia, elección de objeto adolescente, adolescencia temprana, adolescencia propiamente dicha y adolescencia tardía. Pero ellos parece que están asustados de crecer. Cuando mis chicos iban al colegio, el tiempo se me pasó volando, yo no supe cómo ni cuándo pasaron tal o cual etapa, lo cierto es que el trabajo me absorbía y yo sólo los veía más grandes y mas cambiados. Pero ahora que lo veo en otros, con mas tranquilidad, juraría que los varoncitos tardan más en madurar y que las chicas crecen y se desarrollan más rápido, pero esa es sólo mi impresión. Si pensás en Freud, tenés que pensar en el pequeño y el desarrollo pero, tal vez si sea una reactivación de esas etapas en la adolescencia sólo que ya se buscan su autonomía. Ja, cómo si fuesen grandes y maduros piensan que todo lo pueden….. No lo sé… ¿Habré sido una madre suficientemente buena como dice Winnicott?. Parece que mis hijos crecieron bien a pesar de todo… Ahora ven que no salía a trabajar por diversión y no me gustaba dejarlos solos pero tenían que comer: vosotros hijos míos, no tenían idea de lo que eran sus ojitos tan redondos y tan llenos de emoción cuando veían un pan, eran tan tiernos, tan llenos de esperanza, que les compartía mi pan favorito, no podía negárselos… a veces, claro, tenía que regañarlos y no sabés como me dolía que me dijeran que era porque no los quería, era todo lo contrario, mamá quería que tomaran el camino del bien, que lograran sus sueños y trataba de apoyarlos, no sé si logré hacerlo como esperaban, igual me equivoque y sólo recuerdan mis regaños, pero lo hacía con todo mi amor, soportaba sus rabietas con tal de que estuvieran bien, los abrazaba cuando parecían tristes y trataba de estar con ustedes… no sé si fue un correcto “holding” y “handling” pero les puedo asegurar que lo hice lo mejor que pude. Ya lo entenderán con los pequeños pibecitos que están creciendo en sus barrigas… Tal vez incluso logre ver a esos pibecitos debatiendo con tanta pasión como lo hacen los de la mesa de aquí al lado… tal vez esté aquí para verlo, tal vez no… Vaya, pero este blues si que me ha llegado, me ha puesto melancólica y con este mate me siento relajada… quién lo diría, ahora que mi viejo no está, también puedo divertirme, aunque le extrañe, me gusta venir al puerto y recordar cómo nos conocimos en este lugar que tanto ha cambiado, pero que en mi mente la historia que vivimos sigue tan clara como ayer…. Referencias Blos, P. (1980). Psiconálisis de la adolescencia. México: Joaquín Motriz Erikson, E. (1983). Infancia y sociedad. Buenos Aires: Paidós Greenacre, P. (1960). Trauma Desarrollo y Personalidad. Buenos Aires: Paidós Winnicott, D. (1994). El hogar nuestro punto de partida. Buenos Aires: Paidós
Kommentare